Tengo la sensación de que no sabemos lo que queremos. Cuando nos falta equis lo deseamos con todas nuestras fuerzas y una vez conseguido, lo aborrecemos. Así, sin más. Supongo que este inconformismo natural es el más influyente en la infelicidad del ser humano. Nos cuesta ser conformistas. El conformismo es asociado al mediocre, al perdedor. Y no nos gusta nada que nos llamen mediocres, aun sabiendo que lo somos. Esa frase nos duele profundamente.
Es comprensible hasta cierto punto que en esta sociedad tan competitiva queramos ser los mejores en todos los ámbitos. Con esto no quiero decir ni mucho menos que la competencia sea mala, pero siempre dentro de unos márgenes. Hoy en día el lema es: queda por encima de todo el mundo sin importar cómo lo haces. Queda por debajo de tus amigos y serás un fracaso. Queda por debajo de tus padres y serás un fracaso.
Supongo que todos tenemos este lema más o menos presente y supongo que esa debe ser la idea de éxito generalizada; queda por encima de los demás. Básicamente, para que cuando tus padres se encuentren a los padres de tus amigos se sientan orgullosos del hijo que tiene 3 carreras, habla 5 idiomas, vive en una mansión en EEUU y tiene 3 hijos de anuncio con una licenciada que además es modelo.
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